La imagen que abre este post, es un fiel reflejo de mi
persona cada vez que entra en una librería. Y no os penséis que voy a las
librerías de vez en cuando. Tengo la suerte (o no) de que de camino a casa, paso
por delante de una estupendísima librería de tres pisos. Así que es salir de
clase y aunque me quiera resistir, siempre caigo, entro, y mi cartera se vacía.
Entro en la tienda y me pongo a ojear libros: algunos con
los que ya venía en mente, otros que me llaman la atención por su portada,
otros que cojo por su temática y por último están los que inexplicablemente
cojo porque sí. Hago ZAS y… el que caiga.
Los libros con los que venía en mente son esos de los que he leído en algún blog una reseña
positiva, o que algún amigo me ha recomendado. Cuando voy a comprar alguno de
esos libros suele ser rápido. Entro, voy a la sección correspondiente, lo
localizo, voy a la caja, pago, y punto. Son unos cinco minutos y ya estoy fuera.
Pim Pam Pum.
Los libros que me llaman la atención por su portada ya son otra cosa. Puede ser que sea una portada impresionante, de esas que enamoran, en ese caso como el resumen me atraiga mínimamente ya no hay nada que hacer.
Paloma se ha comprado el libro aunque sea solo para mirar y acariciar como una tonta su portada. Me pasó con “La emperatriz de los etéreos” de Laura Gallego. Mira que portada tan bonita pensé, pero si el protector de pantalla brilla, y brilla y brilla… y fue como si me hipnotizara. Cómprame, me decía el libro, y eso fue lo que pasó.
Hay días que me levanto con ganas de algo. Por ejemplo: Tengo
hambre, pero nunca de cualquier cosa, yo tengo hambre de dulce o de salado,
nunca sé que tipo de hambre va a llamar a mi puerta. Pues con los libros me
pasa igual. Puede ser que entre en la librería con ganas de un libro romántico,
o de un libro policíaco, o de temática histórica… Dependiendo de eso me iré a una u otra
sección, y una vez en ella ya entrará en juego otros factores como la sinopsis,
el autor, o la portada.
Por último estás esos libros que cojo porque sí. No tienen
una portada bonita, ni he oído hablar de ellos, y ni siquiera tienen una temática que me atraiga a primera vista.
Pero una fuerza invisible me arrastra hacia ellos, hace que los coja, y de repente
estoy de camino a casa con el libro debajo del brazo. Una compra impulsiva que
a veces sale bien, y otras es un poquito desastre. Pero también hay que leer
libros malos, para poder hacer reseñas negativas y que nadie más caiga en la
trampa.
El problema de esta situación es el siguiente: Mi cartera.
La pobre sufre tanto cada vez que entro en una librería, que últimamente estoy
optando por ir con los bolsillos vacíos para no tener tentaciones. Es duro pero
efectivo.
¿Os guiáis por impulsos o lo pensáis
mucho antes de comprar?
Hola!
ResponderEliminarYo suelo comprar 1 o 2 al mes y con eso estarme contenta pero de que siempre entro y los veo en la libreria algunos fines de semana, mis padres se molestan cuando gasto en libros pero no puedo evitarlo, de todas formas cuando entro y estoy segura de que no necesito ninguno no lo compro por mas que la tentacion me invada jajaja xD
Saludos :3
Hola Merary!
ResponderEliminarEs casi imposible no gastar dinero en libros. Sobre todo cuando es uno que sabes que te va a gustar y tienes muchas ganas de leer. De todas maneras hay que controlarse que sino nos arruinamos jajaja
Un besito :D
En mi caso la mejor solución es no ir a librerías, jajaa. Por suerte no soy de tentarme mucho porque me cuesta horrores decidirme. para mi comprar un libro en papel tiene que ser algo realmente que se que voy a disfrutar, no me gusta comprar para probar suerte (lo he hecho durante muchos años y tengo una pila de libros que no me interesan) asi que por suerte soy bastante ahorrativa. Pero de vez en cuando compro libros por internet, y bueno.... empiezo a buscar mas y mas para que se amortigüe el gasto de envio xD Ahí perdi!
ResponderEliminarMuy buena esta pagina ya tienes un seguidor mas
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