sábado, 3 de diciembre de 2011

Tokio Blues

Las cartas no son más que un trozo de papel. Aunque se quemen, en el corazón siempre queda lo que tiene que quedar; por más que las guardes, lo que no tiene que quedar desaparece.

Ahora la primera imagen que perfila en mi memoria es la de aquel prado. El olor de la hierba, el viento gélido, las crestas de las montañas, el ladrido de un perro. Esto es lo primero que recuerdo. Con tanta nitidez que tengo la impresión de que si alargara la mano, podría ubicarlos, uno tras otro, con la punta del dedo. Pero este paisaje está desierto. No hay nadie. No está Naoko.

-Eres muy bonita Midori.

-¿Cuánto?

-Tan bonita como para hacer que las montañas se derrumben y el mar se seque.

Quedarme todo el día en casa esperando una llamada es algo que odio con todo el alma. Si estoy sola, me da la sensación de que voy pudriéndome y deshaciéndome, hasta convertirme en un líquido verdoso que es absorbido por la tierra. De mí sólo sobrevive la ropa. Ésta es la sensación que tengo cuando me quedo todo el día en casa esperando una llamada.



Lo que nos hace personas normales es saber que no somos normales.

Leía mucho, lo que no quiere decir que leyera muchos libros. Más bien prefería releer las obras que me habían gustado. (...) Así pues, no tenía este punto en común con los demás, y leía mis libros a solas y en silencio. Los releía y cerraba los ojos y me llenaban de su aroma. Sólo aspirando la fragancia de un libro, tocando sus páginas, me sentía feliz.

4 comentarios:

  1. Uno de mis libros favoritos. Tiene frases memorables. Me encantaban los piropos que le echaba a Midori, muy originales.

    Saludos!!!.

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  2. Si te digo la verdad nunca lo había leído, pero con esos párrafos, me ha encantado

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  3. Tengo que leerme el libro y ver la peli, dicen que es una historia preciosa :)

    Te sigo ^^

    Bisous ^^

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  4. Un libro genial, como casi todos los de Murakami..
    Yo también te sigo
    Besos

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Soy como una niña pequeña, así que cada comentario que me dejas es como darme un caramelo, y una sonrisa.

¡Mil Gracias!